Entiende cómo funciona la dieta cetogénica
Las dietas cetogénicas ha ganado una enorme popularidad en los últimos años, pero ¿qué hay detrás de esta dieta? Hoy vamos a revisar en primer lugar unas nociones de bioquímica y fisiología, hablando de sustratos energéticos y rutas metabólicas para explicar en que se basa la dieta cetogénica y como repercute ésta en nuestro metabolismo.
¿Qué vas a encontrar en este artículo?
- Un poco de historia
- Nociones de bioquímica y fisiología para entender el efecto de la dieta cetogénica
- ¿Qué ocurre en el ayuno prolongado y que tiene que ver con la dieta cetogénica? 3
- Cuerpos cetónicos: acetoacetato, beta-hidroxibutirato, acetona.
- Consumo de energía por el cerebro: glucosa vs cuerpos cetónicos
- ¿Cuál es el combustible de preferencia por nuestro organismo?
- ¿Cómo puedo saber que estoy en cetosis nutricional?
- Estado de cetosis nutricional
- Hormonas principales implicadas: insulina y glucagón
- Beneficios de una dieta cetogénica
- Cetoadaptación: cetofiebre, falta de energía, keto rash, mal aliento
- Contraindicaciones
INTRODUCCIÓN
Bienvenidos a un nuevo episodio de Ancestral Podcast:
Las dietas cetogénicas ha ganado una enorme popularidad en los últimos años, pero ¿qué hay detrás de esta dieta? Hoy vamos a revisar en primer lugar unas nociones de bioquímica y fisiología, hablando de sustratos energéticos y rutas metabólicas para explicar en que se basa la dieta cetogénica y como repercute ésta en nuestro metabolismo. Y luego, en la segunda parte, explicaremos en qué consiste y revisaremos la lista de alimentos que debemos incluir o excluir para que puedas llenar la nevera y la despensa, además daremos ejemplos de platos para que os llevéis ideas para adaptarlas a vuestros gustos.
UN POCO DE HISTORIA
Fue Russel Wilder quien acuñó el término «dieta cetogénica» y la utilizó por primera vez para tratar la epilepsia en 1921. Durante casi una década, se utilizó por los profesionales médicos como dieta terapéutica para la epilepsia pediátrica y fue ampliamente utilizada hasta que cesó su popularidad con la introducción de agentes antiepilépticos. Pero actualmente, se ha producido un resurgimiento de la dieta cetogénica como una dieta facilitadora de pérdida de peso, pero cómo veremos, ya existe mucha evidencia científica con respecto a los beneficios de esta dieta tanto para paliar el síndrome metabólico, como por sus efectos antiinflamatorios, antitumorales, entre otros.
NOCIONES DE BIOQUÍMICA Y FISOLOGÍA PARA ENTENDER EL EFECTO DE LA DIETA CETOGÉNICA
Los seres humanos y todos los seres vivos necesitamos generar energía, producimos contantemente adenosín trifosfato, la moneda energética, más conocida como ATP. Para producirlo tenemos diferentes rutas metabólicas, dependiendo del combustible desde el que se genere esa energía.
Podemos conseguir energía desde los diferentes macronutrientes (entre otros): desde el carbohidrato, desde la grasa y desde la proteína.

a la producción de acetil-coa, que se oxida en el ciclo del ácido cítrico y al final produce ATP mediante el proceso de fosforilación oxidativa. Figura extraída del Harper. Bioquímica ilustrada (página 152)
Básicamente, los carbohidratos son la principal fuente de producción de energía en los tejidos corporales. Cuando el cuerpo se ve privado de carbohidratos debido a la reducción de la ingesta como se plantea en la dieta cetogénica, la secreción de insulina se reduce significativamente, llega un momento en que las reservas de glucógeno se agotan, obligando al cuerpo a pasar por ciertos cambios metabólicos y entran en acción cuando hay poca disponibilidad de carbohidratos en los tejidos corporales: la gluconeogénesis y la cetogénesis.
HIDRATOS DE CARBONO – GLUCOSA
La glucosa, procedente del carbohidrato de la dieta o de nuestras reservas de glucógeno (hepático y muscular), puede convertirse directamente en ATP a través de un proceso denominado glucólisis (menor rendimiento), pero puede además derivar en acetil-CoA para producir más ATP en el ciclo de Krebs (reacciones bioquímicas dentro de nuestras mitocondrias para generar energía, de ahí que nuestras mitocondrias se conozcas como las centrales energéticas de nuestro organismo).
PROTEÍNA – AMINOÁCIDOS – GLUCOSA
La proteína, aunque su función principal es estructural, mediante la ruta de la gluconeogénesis, puede usarse para generar glucosa. Los aminoácidos que extraemos de las proteínas, también pueden transformarse en acetil-Co-A para entrar en el ciclo de Krebs y obtener ATP.
La gluconeogénesis es la producción endógena de glucosa en el cuerpo, especialmente en el hígado, principalmente a partir de ácido láctico, glicerol y los aminoácidos alanina y glutamina.
GRASA – ACIDOS GRASOS / GLUCOSA / CUERPOS CETÓNICOS
A medida que la glucosa se agota, se movilizan más ácidos grasos de las reservas para ser usados como fuente de energía (los triglicéridos se descomponen en ácidos grasos y glicerol), a partir de los cuales se obtiene también acetil-CoA, que también entrará en el ciclo de Krebs. Pero los que no han sido captados llegan al hígado, se convierten en Acetil-CoA que, en condiciones normales, entraría en el ciclo de Krebs usando oxalacetato, pero el oxalacetato se reserva para mantener la gluconeogénesis y esto hace que se acumule Acetil-CoA, esta acumulación provoca que el Acetil-CoA se derive a la producción de cuerpos cetónicos (cetogénesis), y aquí está la clave para la cetosis.


combustible para tejidos extrahepáticos. Figura extraída del Harper. Bioquímica ilustrada 29Ed. (página 123)
¿Qué ocurre en el ayuno prolongado y que tiene que ver con la dieta cetogénica?
Nuestro organismo en respuesta a niveles de glucosa bajos en sangre, genera un cambio metabólico que se caracteriza por una elevación de los cuerpos cetónicos en sangre.
A medida que pasan las horas en ayuno, sin recibir energía, se van mermando nuestras reservas de glucógeno (es la glucosa que almacenamos en músculo e hígado). Como respuesta inicial, se activa la gluconeogénesis, pero este proceso es incapaz de aportar suficiente glucosa al cerebro, y además supondría una merma de la masa muscular, porque uno de los sustratos para generar glucosa son los aminoácidos del músculo (alanina y glutamina), a parte del glicerol y del lactato. Como la gluconeogénesis no se puede mantener a largo plazo, al cabo de 16-32 horas se activa la cetogénesis, elevando los cuerpos cetónicos en sangre y reduciendo así los requerimientos de glucosa.
Esto ocurre en estados de ayuno, pero también es el mismo estado que se genera cuando llevamos una alimentación muy baja en carbohidratos como es la dieta cetogénica.
Por eso, decimos que el estado metabólico que logramos con una dieta cetogénica es un estado que simula al del ayuno, pero sin restringir la comida.
FASES QUE OCURREN EN UN AYUNO PROLONGADO
Me gustaría aquí comentar lo que va sucediendo en nuestro organismo cuando realizamos un ayuno prolongado y la variación entre los distintos tipos de combustibles, que podemos dividirlo en varias fases:
Fase I (0-6 horas): En las primeras horas tras una comida, vamos a obtener energía principalmente de los alimentos que hayamos ingerido, si la comida es rica en hidratos de carbono, el combustible principal será la glucosa.
Fase II (6-16 horas): Se eleva la producción de ácidos grasos, pero el cerebro seguirá obteniendo glucosa (glucógeno hepático) y también se destinará energía para la actividad física desde el glucógeno muscular. Después de 12-18 horas, el glucógeno hepático se habrá agotado casi por completo, y se activará la gluconeogénesis.
Fase III (16-48 horas): Se eleva la gluconeogénesis para cubrir las demandas de glucosa a partir de glicerol, lactato y proteína (principalmente de los aminoácidos glutamina y alanina). Casi todos los tejidos reducen su consumo de glucosa y elevan el consumo de grasa, reservando la glucosa para el cerebro. Los cuerpos cetónicos se elevan gradualmente.
Fase IV (2-4 días): Aumenta la producción de cuerpos cetónicos y el cerebro empieza a utilizarlos en mayor medida, disminuyendo la gluconeogénesis y los niveles de glucosa en sangre.
Fase V: Continúa la adaptación de la fase anterior, disminuyendo todavía más la gluconeogénesis a medida que los cuerpos cetónicos pasan a ser el combustible principal del cerebro. Después de pocos días, el 90% de las necesidades energéticas del cuerpo estarán siendo cubiertas con grasa y cuerpos cetónicos.

Esto es lo que ocurre en un ayuno prolongado, que viene a ser lo que ocurre más o menos en el proceso de cetoadaptación, hasta que logramos ser eficientes en la generación y consumo de cuerpos cetónicos.
CUERPOS CETÓNICOS
Existen tres tipos de cuerpos cetónicos: acetoacetato, beta-hidroxibutirato y acetona. Se generan en el hígado y se liberan a la sangre.
Acetoacetato: es el primer cuerpo cetónico que se genera, que puede convertirse a su vez los otros dos cuerpos cetónicos: beta-hidroxibutirato y en menor medida acetona (no la podemos usar como energía y es volátil y se elimina por la respiración). Luego el beta-hidroxibutirato sobre todo es usado por el cerebro y el corazón, se vuelve a convertir en acetoacetato para usarse como energía.

CONSUMO DE ENERGÍA POR EL CEREBRO: GLUCOSA vs CUERPOS CETÓNICOS
Sabemos que el cerebro representa tan solo un 2% del peso total corporal pero su gasto supone más de un 20% del gasto total energético diario. Nos ha hecho pensar que el cerebro necesita azúcar, lo primero e importante aclarar que no usa azúcar, usa en concreto glucosa. Y en condiciones normales usa unos 100 gramos de glucosa al día, porque la grasa, efectivamente no puede traspasar la barrera hematoencefálica.
Pero, ¿te imaginas que el cerebro solo pudiese obtener energía desde la glucosa? Seguramente el ser humano ya no estaría aquí, ya que como es posible que el cerebro dependiera de un tipo de energía del que apenas tenemos reservas, como hemos visto antes…
Como la glucosa es importante, tenemos la capacidad de producirla de forma endógeno a través de la gluconeogénesis en el hígado, sobre todo, desde aminoácidos y glicerol. Pero si falta alimento, producir glucosa desde aminoácidos no sería lo ideal ya que destruiría nuestra musculatura y la necesitamos para buscar comida. Por tanto, los depósitos de grasa toman un papel clave aquí.
La grasa es almacenada en forma de triglicéridos, que son 3 moléculas de ácidos grasos unidas a una molécula de glicerol. Cuando descomponemos los triglicéridos, liberamos los ácidos grasos del glicerol. Este glicerol puede utilizarse para realizar la gluconeogénesis y generar la glucosa necesaria desde la grasa. Así se generaría energía para el cerebro, pero esto no resulta suficiente y aquí entra la cetosis.
Al bajar las reservas de glucosa, se comienzan a producir cuerpos cetónicos desde la grasa (cetogénesis), y éstos si que serán capaces de traspasar la barrera hematoencefálica para alimentar al cerebro. El BHB puede llegar a convertirse en periodos de ayuno en la mayor parte de fuente de energía de la que se alimente el cerebro (junto con algo de acetoacetato y glucosa).
Así podemos mantener al cerebro con energía desde nuestras reservas de grasa generando cuerpos cetónicos, porque los requerimientos de glucosa por parte del cerebro se reducen drásticamente minimizándose la gluconeogénesis.
¿Cuál es el combustible de preferencia por nuestro organismo?
Es curioso porque mientras que tenemos decenas de miles de calorías en forma de grasa, solo almacenamos unas 400 calorías de glucosa en el hígado (en forma de glucógeno), y quizá 1.000 o 1.500 más en el tejido muscular (también como glucógeno).
¿Cómo hemos podido llegar hasta aquí si nuestra energía solo se pudiera obtener a base de oxidar glucosa?
El porcentaje de cada combustible utilizado en un momento dado depende de la cantidad disponible. Si por ejemplo las reservas de glucógeno están elevadas, el cuerpo tenderá a usar menos grasa, y al revés. Cuando la glucosa disponible es baja, se activa la beta oxidación de las grasas y la producción de este combustible especial: los cuerpos cetónicos, que es el combustible por excelencia usado cuando estamos en el estado de cetosis nutricional.
¿Cómo puedo saber que estoy en cetosis nutricional?
- Test del aliento: mide cetonas. Es menos preciso que medir BHB en sangre.
- Tiras reactivas de orina: miden acetoacetato, estimamos los niveles por la intensidad del color que ha cogido la tira. Solo fiable los primeros días, ya que con el paso de los días, al mejorar el aprovechamiento del acetoacetato y ser más eficiente en el uso de los cuerpos cetónicos, no se eliminará tanto por orina. Aunque este método es barato y tiene facilidad de uso, para el principio puede estar bien.
- Medidor de cetonas (tiras de sangre): miden el beta-hidroxibutirato. Más fiable que medir el acetoacetato en orina, aunque para saber en realidad la cantidad de cuerpos cetónicos deberíamos de poder medir también el acetoacetato pero todavía estos no es posible. Como el BHB representa la mayor parte del total de cuerpos cetónicos, estimamos de esta manera. Inconvenientes: tener que pincharse a menudo y que el precio del aparato es asequible pero no tanto las tiras, que son más caras que las de glucosa.

Un detalle importante…
Para las mediciones debemos de tener en cuenta que los niveles de cuerpos cetónicos oscilan a lo largo del día, coincidiendo con ciertos cambios hormonales relacionados con biorritmos, siendo menores en la mañana, ya que se ven influencias por la subida de cortisol, que tiende a elevar la glucosa y se reduce la cetogénesis, así pues, los niveles son mayores por la tarde-noche.

Niveles de cetonas en estado de cetosis nutricional
En el estado de cetosis existen diferentes grados que muestran en qué punto te encuentras:
- Menos de 0,5 mmol/l: no se considera cetosis.
- Entre 0,5 – 1,5 mmol/l: cetosis ligera.
- Entre 1,5 – 3 mmol/l: cetosis óptima.
HORMONAS PRINCIPALES IMPLICADAS: INSULINA Y GLUCAGÓN
Las hormonas que reparten el uso de uno u otro combustible son varias, pero destacan dos: la insulina y el glucagón (secretadas por las células beta y alfa del páncreas respectivamente)
Cuando hay niveles elevados de glucosa en sangre, se eleva la insulina. La insulina es la llave que hace entrar la glucosa en las células y evita daños derivados del exceso de glucosa en sangre. Si hay sobrante de glucosa, se almacena principalmente en forma de glucógeno en hígado y músculos, si hubiese más sobrante, entonces ya se almacena en forma de triglicéridos en las células adiposas. Entonces la insulina no solo impide movilizar grasa, sino que la almacena.
Cuando se detectan bajos niveles de glucosa en sangre, el páncreas segrega glucagón para notificar al hígado que libere glucosa en el torrente sanguíneo de su almacén. El glucagón tiene la función opuesta a la insulina, evitando que la glucosa se reduzca demasiado. Pero, a medida que el glucagón va reduciendo los depósitos de glucógeno en el hígado, se van produciendo más cuerpos cetónicos.
Por tanto, el escenario ideal para activar la cetogénesis sería insulina baja y glucagón elevado. Esto ocurre tanto en dieta cetogénica como en ayunos prolongados.


BENEFICIOS DE UNA DIETA CETOGÉNICA
Claridad mental y concentración
La cetosis reduce LGI en cerebro, aumenta el factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF) y la orexina A. Beta-hidroxibutirato un gran combustible para el cerebro (super combustible).
Reducción del hambre
Debdo al poder saciante de las grasas, los propios cuerpos cetónicos tiene efecto supresor del apetito, Mejor respuesta hormonal en el control del hambre y de la saciedad (menor grelina – hormona que induce apetito) y menor descenso de CKK (señaliza saciedad). Menos estrés por la comida: capacidad para estar horas sin comer sin esa ansiedad y escuchar tu hambre real.
Pérdida de grasa
Se reduce el hambre, aporta mucha saciedad y por tanto facilita el mantenimiento en déficit calórico. Puede existir quizá alguna ventaja metabólica deriva de la necesidad de generación de glucosa vía gluconeogénesis, por ejemplo, pero no se tiene tan claro, lo que sí está claro es el efecto que tiene sobre el control del hambre.
Energía estable
No se generan picos de glucosa e insulina. La resistencia a la insulina promueve inestabilidad de energía. Nos bajamos de la montaña rusa del azúcar, sin esos bailes entre picos de glucosa seguidos de picos que insulina que pueden derivar en episodios de hipoglucemia, que eleva el apetito especialmente por comidas altas en carbohidratos refinados y azúcares simples. Este resultado es un proceso sin fin, un bucle del que cuesta salir.
Mejor sensibilidad a la insulina
Esto lo hace por diferentes frentes: por un lado el estado de cetosis reduce LGI (loe grade inflammation = inflamación de bajo grado) lo que reduce resistencia a la insulina, por otro mantiene baja insulina, lo que hace que las células puedan recuperar la sensibilidad.
Activación de la autofagia
Activa los procesos de reciclaje celular que hablamos en el episodio sobre ayuno intermitente, explicando este proceso y su importancia de forma más detallada. La cetosis ayuda a esto de manera indirecta, como induce saciedad, hace que sea relativamente fácil realizar ayunos intermitentes que favorecen esta autofagia.
Mejora del perfil lipídico
En general baja el colesterol total, aumenta el HDL y se reducen considerablemente los triglicéridos.
Reducción de inflamación crónica y estrés oxidativo
Los cuerpos cetónicos reducen el estrés oxidativo porque en el proceso de obtención de energía producen menos radicales libres en las mitocondrias que la glucosa. El exceso de radicales libres puede contribuir al daño celular y a la inflamación. La cetosis aumenta la producción de enzimas antioxidantes (glutatión, SOD y catalasa).
Biogénesis mitocondrial
Las fases en las que nos encontramos en cetosis puede ejercer un efecto hormético, esto contribuye a la generación de nuevas mitocondrias y la cetosis te ayudará no solo a esto sino a mejorar el funcionamiento de las que ya tienes. A más mitocondrias, más energía, pero no solo eso, sino, que realizan más labores, una de ellas que quiero destacar es la apoptosis (muerte programada celular). La no muerte de las células cuando deben puede derivar en cáncer y es uno de los problemas que pueden generarse cuando existe una disfunción mitocondrial… Si las mitocondrias no funcionan bien tampoco podremos oxidar bien la grasa y se dependerá más de la glucosa que no necesita mitocondrias, se generan más radicales libres lo que deriva en estrés oxidativo y en envejecimiento prematuro, además esta disfunción puede derivar en otras muchas enfermedades…
Menor incidencia en enfermedades crónicas a largo plazo derivadas de las causas que estamos hablando y que la dieta cetogénica regula y evita.
CETOADAPTACIÓN
Cetofiebre o ketoflu
Cuando comenzamos una dieta cetogénica, después de toda nuestra vida consumiendo grandes cantidades de carbohidratos y azúcares, en general en la dieta actual esto ocurre a menudo, pan, pasta, arroz, harinas refinadas…ocupan gran proporción de nuestra alimentación diaria. Podemos sentir y con razón, algunos síntomas durante un periodo de tiempo determinado, que suele ser entre 2 semanas y 1 mes. Esto se conoce como cetofiebre o ketoflu (en inglés).
Al reducir drásticamente los carbohidratos y azúcares de nuestra dieta, los niveles de insulina caen de forma drástica, esto puede generar que excretemos más cantidad de sodio a través de la orina (ya que la insulina genera retención de este mineral en los riñones) y por eso podemos sentir bajadas de tensión al principio.
Al reducir los niveles de insulina y glucógeno, los riñones excretan más agua, y con ella, electrolitos como sodio, potasio o magnesio. Esta pérdida de electrolitos causa síntomas como estos:
- Dolor de cabeza.
- Debilidad.
- Fatiga, aturdimiento o mareos.
- Calambres y contracciones musculares involuntarias.
- Palpitaciones o taquicardias.
Al iniciar una dieta cetogénica se pierde gran cantidad de estos electrolitos a través de la orina, debemos reducir el riesgo priorizando verduras y algunas frutas de alta densidad nutricional y evitaremos gran parte de estos síntomas si ponemos atención a los electrolitos (agua de mar, suplementos minerales, sal marina en las comidas…)
Hasta cetoadaptación completa, se tiende a orinar más, aunque en pocas semanas los niveles de electrolitos se restauran.
Falta de energía
Existe un efecto muy común que puede suceder sobre todo durante los primeros días del cambio de alimentación y tiene que ver con una sensación de cansancio.
Al estar acostumbrados a utilizar la glucosa como combustible principal y no promover casi nunca la movilización de las grasas y la generación y transporte de cuerpos cetónicos de forma que sea realmente eficiente, hay un espacio de tiempo en el que nos encontramos en la tesitura de no tener esta ruta metabólica optimizada, en pleno rendimiento. Aquí entra un concepto que se denomina la histéresis de la glucosa. Como siempre repetimos la ruta metabólica celular de la glicolisis y entrada en la mitocondria de esos carbonos procedentes de azúcares, al final nuestras células “olvidan” otras rutas metabólicas de obtención de energía. Se olvidan de betaoxidar grasas (quemar grasa), de sintetizar y utilizar cuerpos cetónicos, se pierde la flexibilidad metabólica (funcionamiento de la ruta de la pentosa fostato)
Desaprovechamiento de cuerpos cetónicos: mal aliento, cuerpos cetónicos en orina y keto rash
En la fase de adaptación donde ya se están generando cuerpos cetónicos puede pasar que todavía no se estén utilizando todos lo que se van sintetizando. El acetoacetato se convierte en acetona (sin acción enzimática) y ésta se excreta por aliento, produciendo ese típico aliento metálico, y por orina (cuerpos cetónicos en orina).
Al cetoadaptarse, estos cuerpos cetónicos se usan y no se produce tanta acetona, por lo que estos síntomas desaparecen.
Además, pasa que la acetona se excreta también por el sudor y puede reaccionar con éste y provocar sarpullido en algunas personas, el keto rash, pero claramente esto desparece con el tiempo.
Todos estos efectos secundarios desaparecen con el tiempo, normalmente entre dos semanas y un mes en las personas que no tienen serios problemas metabólicos. En las personas con problemas metabólicos, costará más pero también terminarán por adaptarse.
CONTRAINDICACIONES
Las contraindicaciones son parecidas a las que comentamos ya sobre el ayuno intermitente.
- Sobre todo, la dieta cetogénica no es recomendable en niños ni adolescentes en periodos de crecimiento. Aunque aquí cabe destacar que los bebés pasan mucho tiempo en este estado metabólico de cetosis, lo que se supone que en esta fase de desarrollo es un estado natural del ser humano y no tiene por qué representar problemas, pero vamos a ser cautos aquí.
- Otro colectivo en el que no sería recomendable es en las mujeres embarazas ni en mujeres en periodo de lactancia, aunque no hay evidencia para pensar que pueda ser perjudicial pero quizá estas etapas de la vida no sean el momento ideal para restringir carbohidratos.
- Precaución en diabetes tipo I: en estos casos, múltiples estudios apuntan que la dieta cetogénica mejora el control de la glucosa, reduce la necesidad de insulina pero ojo, el proceso en estos casos debe realizarse de la mano de un profesional.
- Consultar con profesional sanitario en casos de problemas hepáticos, gota, o toma de fármacos para el control de la glucemia, ya que la cetosis reduce los niveles de glucosa en sangre y habrá riesgo de hipoglucemias, se deberá ajustar la dosis en estos casos.
- Cuidado con los polimorfismos genéticos, en concreto se conocen dos que pueden resultar problemáticos cuando estas personas que lo tienen siguen una dieta cetogénica y son:
- Polimorfismo en el gen apoE, que predispone a una peor regulación de la grasa.
- Polimorfismo en la proteína PPAR alfa, que hace que la cetogénesis cueste más en estas personas, lo que pueden sufrir una fase de adaptación más alargada.
¿Cómo saber si tengo alguno de estos polimorfismos?
- Con test genéticos, de nutrigenómica que ahora se usan cada vez más en consulta.
- Test sanguíneos perfil lipídico extendido, como el Liposcale: si comienzas una dieta cetogénica y en tus analíticas el perfil lipídico sale alterado puedes indagar más test de este estilo
- Si detectas que tu fase de cetoadaptación se prolonga demasiado.
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Si te apetece saber aún más y complementar con mucha más información, puedes ir a escuchar el episodio relacionado con este artículo en ANCESTRAL PODCAST.
¡ESCUCHA EL EPISODIO RELACIONADO!
Aquí puedes consultar la segunda parte de este artículo destinado a la dieta keto, dónde se explica más a fondo la parte práctica: indicaremos proporciones y las cantidades de macronutrientes, revisaremos la lista de alimentos que debemos incluir o excluir para que puedas llenar la nevera y la despensa, además daremos ejemplos de platos para que os llevéis ideas para adaptarlas a vuestros gustos. Si prefieres, tienes la opción también de escucharlo en formato audio: Episodio 21 – Dieta cetogénica. Parte II. Pasando a la práctica.
Os recordamos que a menudo hacemos directos en nuestro Instagram @clinicaancestralpni donde solemos ampliar y debatir los temas que vamos tocando en el Podcast.
Libros y cursos consultados para este artículo:
- Libro de Cero a Ceto de Marcos Vázquez
- Libro Dieta Cetogénica de Carlos Stro
- Curso de MH de Dieta Cetogéniga (avanzado)
- Harper. Bioquímica Ilustrada. 29 Ed.
- Tresguerres. Fisiología humana 3Ed.
Bibliografía
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