Introducción
El ciclo menstrual está orquestado por un complejo baile de hormonas que hacen posible; la maduración de un folículo y la posterior ovulación, la formación del cuerpo lúteo, el engrosamiento del endometrio, entre muchas otras cosas, pero la verdadera pregunta es: ¿Cómo se gestionan/ordenan estas hormonas para que todo el proceso fluya como se espera?
Antes de empezar a explicar la fisiología, es decir cómo funciona nuestro ciclo menstrual, debemos entender que el ciclo de la mujer está regulado por un complejo eje neuroendocrino, que a su vez interacciona con otros ejes hormonales. Estos ejes no solo se regulan por la acción de las hormonas, sino que muchos factores influyen en ellos y los modifican.

Para poder entenderlo de una forma sencilla podríamos decir que estos ejes no son más que canales de comunicación corporal. En los canales de comunicación siempre hay un EMISOR (es quien envía el mensaje), un MENSAJE (contiene un código), un RECEPTOR (es quien recibe el mensaje y debe descodificarlo) y un CONTEXTO o SITUACIÓN (es el entorno dónde se desarrolla esta comunicación).

Vamos a poner un ejemplo sencillo y muy simplificado: cuando comemos algo que eleva los niveles de glucosa en sangre, las células beta pancreáticas, que serán las EMISORAS, detectan que hay niveles elevados de glucosa en sangre, en ese momento fabrican un MENSAJE la insulina. Ante la presencia de insulina otras células corporales, que son las RECEPTORAS, recibirán el mensaje de que se almacene la glucosa a nivel hepático y muscular en forma de glicógeno y en el tejido adiposo en forma de triglicéridos.
Los estrógenos, por ejemplo, dan el mensaje a las células de “prolifera”. Durante el embarazo existe un incremento de la producción de estrógenos principalmente a cargo de la placenta. Este aumento de estrógenos tiene como objetivo hacer proliferar el tejido uterino para que el crecimiento fetal tenga unas condiciones óptimas. El incremento de estrógenos durante el embarazo también provoca un aumento del tamaño de las glándulas mamarias, preparándolas para la lactancia.
Algo muy importante que no debemos olvidar es que: el receptor debe entender y poder descodificar el mensaje, y que el ambiente dónde se da esa comunicación será determinante para la descodificación, si hay algún tipo de distorsión, el mensaje no llegará como es debido con las consecuencias que esto conlleva. Una conversación entre dos personas, por ejemplo, será mucho más fluida si se hace en un ambiente tranquilo y sin interrupciones que si se desarrolla en medio de un concierto con mucho ruido y otros estímulos, en el cuerpo pasa algo parecido. La inflamación, el estrés, por ejemplo, pueden ser disruptores y hacer que el mensaje no llegue como toca al receptor, ¿Por qué? ¿Qué tiene que ver una cosa con otra? ¿Cómo influye la inflamación corporal en el ciclo menstrual?
Al inicio del artículo comentábamos que el eje neuroendocrino que controla el ciclo menstrual interacciona con los otros ejes, por lo que todos los bailes de hormonas que controlan nuestro organismo deben ir al compas para que se pueda producir un evento, si se producen alteraciones en los ejes los ciclos/funciones se verán alterados. Por esta razón, desde la PNI siempre tratamos/estudiamos el cuerpo desde una perspectiva global, ya que todo, absolutamente TODO, esta conectado.
Por último, antes de adentrarnos en la fisiología del ciclo menstrual, es muy importante recordar que este evento va mucho más allá de la reproducción. Todo lo que ocurre durante este ciclo tiene repercusiones a nivel global del organismo, por eso tratar el ciclo menstrual como si solo tuviera un simple fin reproductor es una idea simplista y poco realista, que nos lleva a reducciones como parar un eje hormonal casi por completo por el hecho de no querer quedarse embarazada tomando pastillas anticonceptivas. El ciclo menstrual u ovulatorio, como ahora lo denominan algunos expertos, se debe tratar como un signo vital de salud de la misma forma que consideramos la función tiroidea, por ejemplo, más allá de nuestros deseos de reproducción.
Anatomía de los genitales femeninos

GENITALES EXTERNOS (dibujo izquierdo):
- Prepucio
- Glande del clítoris
- Labios menores
- Orificio de la uretra (por donde sale la orina)
- Orificio de la vagina
- Periné o perineo
- Ano
GENITALES INTERNOS (dibujo del centro y el derecho):
- Vagina
- Cérvix
- Canal y criptas cervicales
- Útero
- Trompas uterinas
- Ovarios
*Los genitales femeninos se encuentran entre la vejiga y la parte final del intestino grueso, el recto y el ano.
Fisiología del ciclo menstrual
El eje neuroendocrino que controla el ciclo menstrual se denomina eje HPG, como diminutivo de las glándulas que están implicadas: Hipotálamo, Pituitaria (también conocida como hipófisis) y Gónadas (ovarios). Hay otros tipos de ejes, no siempre la comunicación se inicia en el mismo lugar, pero ya hablaremos sobre eso en otro momento.

El eje esta en constante comunicación, es decir, a través de la producción hormonal se mantienen comunicadas todas las partes. El hipotálamo, que es una glándula que se encuentra en el cerebro, podríamos decir que es el centro de control, vigila la concentración de hormonas que hay en la sangre y va dando ordenes según las necesidades que detecta. La glándula que se encarga de ejecutar esas órdenes es la hipófisis, que también se encuentra en el cerebro pegada al hipotálamo, que producirá la hormona que le mande el hipotálamo en la cantidad que le ordene. Estas hormonas estimulantes que produce la hipófisis por orden del hipotálamo ejercerán una labor concreta en la glándula diana que serán los ovarios. Esta comunicación se da constantemente, y constantemente se van regulando las necesidades mediante la producción de más o menos hormonas. Las hormonas hipofisiarias estimulantes son; la hormona folículo estimulante o FSH (estimula el crecimiento del folículo) y la hormona luteinizante o LH (estimula la ovulación y luteinización del folículo), y las hormonas ováricas son; los estrógenos (estimula la proliferación de los tejidos) y la progesterona (prepara el cuerpo para la gestación y es antiinflamatoria). Estas 4 hormonas son las que regulan el eje HPG principalmente, vamos a ver cómo actúan en cada fase del ciclo.
Antes de empezar, aclararemos lo que sucede cuando se toman anticonceptivos de cualquier tipo (pastillas, aro, parche, inyección, etc.). Lo que sucede es que se introducen en el cuerpo, en el torrente sanguíneo, unos homólogos químicos de las hormonas naturales que se producen en el ovario (estrógenos y/o progesterona) para que “engañen” al hipotálamo y crea que hay una producción X de esas hormonas por parte de los ovarios, por lo que, no es necesario estimularlos más, ya que se supone que están produciendo esas hormonas, y ordena a la hipófisis que pare la producción de hormonas estimulantes. Lo que sucede finalmente es que se corta la comunicación del eje, y los ovarios, que necesitan ser estimulados y no lo están, paran de trabajar. Por esta razón los anticonceptivos no regulan ni mejoran el ciclo menstrual, porque lo que hacen es pararlo. El sangrado que ocurre cuando se toman anticonceptivos y que simula la menstruación, se da porque los fármacos que se han tomado han hecho crecer ligeramente el endometrio (capa uterina) y cuando se retira el aro, el parche, se deja de tomar las pastillas que contienen hormonas, o el método que sea, se produce un sangrado por deprivación de esas hormonas.
Fases del ciclo menstrual
Podríamos partir el ciclo menstrual en dos grandes fases divididas por la ovulación; la fase folicular y la lútea.

FASE FOLICULAR
MENSTRUAL Y PRE-OVULATORIA
El día 1 del ciclo es el primer día de sangrado rojo y abundante en el que se inicia la menstruación. Es importante recordar que la menstruación no es signo de ovulación, se puede sangrar sin haber ovulado, como es el caso de; sangrados anovulatorios (no se ha conseguido la ovulación, pero si el engrosamiento del endometrio) o por depravación (caso de la toma de anticonceptivos).
En el inicio de esta fase los niveles de estrógenos y progesterona están bajos. Esto es detectado por parte del hipotálamo y le da la orden a la hipófisis de que inicie la producción de FSH para estimular el crecimiento de los folículos en el ovario. A lo largo de esta fase la progesterona se mantendrá en niveles bajos, y los estrógenos irán aumentando de forma progresiva hasta alcanzar un pico en la fase pre-ovulatoria.
Hay que recalcar que para que el ciclo menstrual en general se de correctamente es necesario que haya “ordenes” claras y concisas, como una suficiente producción de hormonas, por ejemplo, por parte de las glándulas del cerebro para que se estimule de forma optima el proceso. Cuando hay fallos en la comunicación, no hay suficiente producción de hormonas o hay factores capaces de entorpecer el proceso, no se producirá una correcta maduración de los folículos, por ejemplo, y no se llegará a la ovulación. El ciclo menstrual, como la mayoría de los sistemas corporales, es sensible a muchos factores que pueden alterarlo a diferentes niveles, provocando desde; ciclos cortos, ciclos largos, anovulación, amenorrea, etc.
Volviendo a la fase menstrual, durante este proceso no solo madura un folículo, sino que, varios lo hacen a la vez, pero la mayoría de ellos nunca terminarán el proceso y se degradarán. Estos folículos son capaces de producir hormonas, y a medida que maduran lo son más, sobretodo producirán estrógenos, por eso a medida que se acerca la ovulación los estrógenos aumentan. Generalmente solo terminará el proceso de maduración uno, pero no siempre es así. El folículo dominante, el que ha madurado más en este ciclo, cada vez tiene más capacidad de producir estrógenos y esto será detectado por el hipotálamo.
Cuando el hipotálamo detecta niveles elevados de estrógenos en la sangre le ordena a la hipófisis que libere LH de forma inmediata para que se pueda dar la ovulación.
OVULACIÓN
La LH aumenta de forma muy brusca, de hecho, durante el ciclo solo tenemos ese pico, y será la encargada de darle la orden al folículo maduro de que se rompa y libere el óvulo a las trompas uterinas.
Una vez se ha liberado el óvulo, el folículo queda como un saco roto vacío, que por el estímulo de la LH, en tan solo 24 horas, se convertirá en el cuerpo lúteo y dará paso a la fase lútea.
FASE LÚTEA
POST-OVULATORIA Y PRE-MENSTRUAL
Una vez se ha dado el proceso de luteinización y se ha formado el cuerpo lúteo a partir del folículo roto, este será capaz de producir progesterona. La progesterona tiene muchas funciones, pero principalmente se encarga de preparar el organismo para una posible gestación. Entre sus funciones básicas encontramos; modulación del sistema inmune para evitar que “ataque/dañe” el posible embrión, aumenta la temperatura basal corporal para que nos convirtamos en incubadoras con patitas, prepara el endometrio para que sea un colchón bien mullidito para la posible implantación de un embrión, entre otras. En este punto pueden ocurrir dos cosas; que haya embarazo o no.
Si hay una implantación de un embrión, se producirán las hormonas del embarazo (gonadotropina coriónica humana o hCG) que estimularan al cuerpo lúteo para que no se degrade y se quede dando apoyo durante el primer trimestre de embarazo produciendo progesterona y estrógenos, por lo tanto, no habrá menstruación. Durante el embarazo se “prolonga la fase lútea”, aunque a partir del segundo trimestre la placenta será la encargada de producir la progesterona.
Por el contrario, si no hay la implantación de un embrión, el cuerpo lúteo se ira degradando hasta no producir casi progesterona ni estrógenos. Cuando disminuyen los niveles de estas hormonas, el endometrio no se sostiene y se desprende, baja la menstruación. Y el ciclo vuelve a empezar.
Desde esta explicación podría parecer que este eje, que el ciclo menstrual, solo tiene influencia sobre los ovarios, pero nada más lejos de la realidad, ya que estas hormonas también modulan: el hambre, el sistema inmune, el metabolismo, el descanso, la salud cutánea, la salud digestiva, la salud hepática, la salud ósea, la salud mamaria, la salud tiroidea, el movimiento, el estado emocional, etc. Por estas razones cuando este ciclo se interrumpe, ya sea por la toma de anticonceptivos o por la llegada de la menopausia o por la razón que sea, podemos notar síntomas como; sequedad vaginal, falta de libido, cansancio, depresión/ansiedad, etc. Por eso, como comentábamos al inicio, más allá de nuestros deseos reproductores todas las mujeres queremos y necesitamos un ciclo menstrual sano, ya que es un signo vital de salud y nos dará pistas sobre nuestra salud.
Resumen: puntos clave del ciclo menstrual
Puntos importantes del ciclo menstrual que se deben tener en cuenta:
- Duración del ciclo: lo fisiológico se determina entre 25 y 35 días, pero esto es solo la apariencia, puede haber ciclos fuera de estos rangos totalmente funcionales y saludables y ciclos dentro de estos rangos que no lo sean.
- Sangrados fuera de la menstruación: pueden aparecer sangrados a mitad del ciclo, antes de la menstruación o en cualquier otro momento, deberán ser registrados y tenidos en cuenta.
- Menstruación:
- Dolor: deberían ser sin dolor, quizás una pequeña molestia, pero nada que incapacite para llevar las actividades de la vida diaria y obligue a tomar algún tipo de fármaco o parar la actividad normal.
- Duración: lo fisiológico se contempla entre 2 y 7 días.
- Sangrado: dentro del sangrado deberíamos tener en cuenta; el color de la sangre (debería ser rojo intenso y los últimos días un poco más apagado), la cantidad (se calcula que entre 25 y 80ml es lo fisiológico) y que no haya coágulos de más de 2cm.
- Ovulación: debería ocurrir antes del día 22 del ciclo, sin dolor, ni molestias. La ovulación presenta ciertos síntomas que podemos medir como: aumento de la temperatura basal, aparición de moco elástico y/o sensación vulvar mojada o lubricada. Hay métodos que permiten, mediante registros diarios, saber que día exacto se da este evento, hay test también o se pueden hacer estimaciones, pero no son muy fiables ya que cada ciclo es potencialmente diferente a los demás.
- Fase lútea: debería tener una duración de entre 11 y 16 días. Durante esta fase no debería haber sangrado ni síndrome pre-menstrual (dolor de mamas, sensibilidad en los pezones, cambios de humor, acné, estreñimiento/diarrea, fatiga, dolor, etc.).
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